EL DÍA A DÍA EN EL JARDÍN DE INFANCIA
Cada mañana las maestras llegan temprano a la Escuela para despertar a los juguetes, abrir las ventanas, poner a punto todo en la cocina y preparar la llegada de un nuevo día, recibiendo a los niños y las niñas que poco a poco comienzan a llegar.
Cuelgan su abrigo o chaqueta en la percha con su animalito y se calzan las zapatillas de estar por casa para entrar en el aula, haciendo hincapié en el desarrollo de su autonomía. Dentro, la maestra, mientras terminan de llegar todos los niños y niñas, acoge a los recién llegados con un saludo cariñoso, y todos colaboran colocando las sillas, reparando algún juguete, tejiendo o encomendados a otras tareas mientras cantan lindas melodías.
Cuando llegan las 9:00h se despierta la sala, y comienza el corro de la mañana dando los buenos días y cantando canciones de la época correspondiente.
Todos los días se lleva a cabo una actividad artística para desarrollar la parte anímica y fortalecer la voluntad de cada niño: un día se hace el pan que se almorzará al día siguiente, otro se pinta
con acuarelas, se modela con cera de abeja, se dibuja con bloques de ceras o se realizan diferentes manualidades con lana, hilos, fieltro, etc… según la época del año, y después, algunos niños y niñas se disponen a jugar libremente, mientras otros se ponen con sus quehaceres.
Esta forma repetitiva ayuda al niño a seguir un ritmo interior que fortalece la seguridad en sí mismo. Cada actividad se acompaña de canciones con imágenes de la época que los niños imitan y repiten con alegría.
Cuando llega el momento de recoger, éste se acompaña de una canción en la que se nombra a cada niño y niña y a las maestras para comenzar la tarea, y se comienzan a colocar los elementos de juego, los animales en sus cestas, los útiles de la casita en sus correspondientes lugares, los bebés en las cunas…Cuando todo está en su lugar, uno o dos encargados serán responsables de verificar que todo está en su lugar, el resto de niños y niñas se reúnen en la mesa para beber agua y a continuación se forma un corro para cantar y danzar algunas canciones, decir alguna rima o poema y hacer juegos de dedos o juegos sociales, todos ellos relacionados con el momento del año en el que estemos. De esta manera los niños viven las épocas en su interior. En el corro nos miramos a los ojos, trabajamos el ritmo, la lateralidad, la memoria, la dicción, el observar…
Es entonces el momento del baño, donde los niños van pasando y lavan sus manitas.
Cuando ya están todos, se sientan en la mesa para el almuerzo, que se sustenta en el cereal que cambia según el día de la semana (arroz, avena, mijo…). Primero se sirven los cuencos, que son repartidos por los niños y niñas, y a continuación, se trabaja la espera con el ritual de encender la velita, algún juego de dedos y el agradecimiento por los alimentos que se van a tomar.
Al terminar, recogemos la mesa entre todos y se colocan las sillas para el cuento de antes de comer y nos preparamos para salir a jugar a fuera. Si llueve, también, nos ponemos nuestros trajes de agua y ¡es el día más divertido!
En el jardín, la primera tarea es ir a visitar a las gallinas y recoger los huevos y después, les espera otro tiempo de juego libre en el exterior donde pueden correr, saltar, trepar, escalar, subirse a los árboles, columpiarse, deslizarse por el tobogán, hacer equilibrios con los troncos, cobijarse en las casas de madera o cocinar delicias en los areneros.
Siempre hay alguno/a que quiere ayudar a las maestras. Hay mucho por hacer: regar las plantas, quitar las hierbas, podar, sembrar, barrer, recoger las hojas secas de los árboles en el otoño, aflojar la arena, etc…
Hacia el final de la mañana, se recoge el jardín y se sube al aula de nuevo para el cuento. Volvemos a ponernos las zapatillas de casa y volvemos a hacer canciones y juegos mientras los niños y niñas van pasando al baño para prepararse para el cuento y la comida. Se trata de un sencillo cuento que sigue las estaciones del año. Empieza con el encendido de la velita y unas canciones que le dan paso y va narrándose, y poco a poco se va enriqueciendo con gestos, con pequeños ayudantes que ya se saben los diálogos y acaba por ser teatralizado por los mismos niños y niñas, que representan los personajes, durante aproximadamente un periodo de 3 semanas. Ocasionalmente, y con motivo de alguna celebración especial, el cuento se narra con la ayuda de un pequeño teatrillo de mesa. Se crea un momento muy especial, mágico, en el que los niños y niñas se sumergen en las imágenes del cuento que les nutrirán anímicamente.
Al terminar, cada niño y niña lleva su silla a la mesa, donde se preparan para la comida, realizándose el mismo ritual que para el almuerzo. Los niños comen las comidas traídas de casa, nutriéndose de la diversidad de platos de sus compañeros y trabajando nuevamente su autonomía. Al terminar, y tras el lavado de dientes, se recogen los recipientes, se limpia la mesa y tienen la opción de un ratito de juego, descanso o lectura mientras esperan la llegada de sus familias. Cuando los papás y mamás entran a recogerlos, las maestras se despiden individualmente de ellos hasta el día siguiente.
La pedagogía Waldorf se sirve del ritmo para crear una respiración armoniosa que aporta salud en los cuerpos en formación de los pequeños. Es decir, el juego libre en el aula es un momento de expansión, le sigue uno de contracción o recogimiento con el corro y el almuerzo, en el jardín se vive otro momento de expansión y terminamos la mañana con el recogimiento del cuento.
Es muy importante en estos años el trabajar la bondad. Queremos que el mundo a su alrededor sea bueno, que se sientan seguros y confiados y que los valores aportados, les acompañen a lo largo de su vida.